miércoles, 17 de octubre de 2012

Abebe Bikila, el campeón descalzo

El verano de 1960 por primer vez un etíope, un africano, conseguía una medalla de oro en unas Olimpiadas. Abebe Bikila ganó la maratón de Roma rompiendo todos los récords, y lo hizo descalzo. Dos horas, quince minutos, 16 segundos y dos décimas en 42 kilómetros con 195 metros de historia. Nadie sabía su nombre, nadie entendía que hacía allí ese hombre delgado, con aspecto de asceta; aquel hombre era África, que en su renacimiento se mostraba al mundo tal y como era, pobre, pero orgullosa.

Abebe Bikila, hasta entonces un completo desconocido, se convirtió en un héroe para los africanos, en plena efervescencia de sus independencias, y en un revulsivo para occidente, que descubría desconcertado la nueva fuerza del continente negro.

Bikila, nacido en 1932 en un pequeño pueblo de Etiopía, era hijo de un humilde pastor de cabras y no aprendió a leer hasta los 14 años. A los 20 años, se alistó a la Guardia Imperial de Haile Selassie como tantos otros jóvenes etíopes que buscaban un sustento. Hasta entonces, el joven Abebe sólo había corrido de forma esporádica, pero cuentan que un día vio a un grupo de hombres que corrían con camisetas con la palabra Etiopía escrita a la espalda, cuando le dijeron que esos atletas formaban parte del equipo nacional, supo cual era su destino.

Abebe, pasó a formar parte del equipo, aun así, era un diamante en bruto sin descubrir; a pesar de haber alcanzado una relativa popularidad en su país, era un total desconocido en el exterior y ni siquiera fue seleccionado para representar a Etiopía en las Olimpiadas de Roma en 1960. El azar quiso que uno de los atletas se lesionara en un partido de fútbol y Abebe fue convocado tan repentinamente que el avión con destino a la Ciudad Eterna tuvo que esperar por él.

El día de la gran prueba, Abebe Bikila, que ya tenía 28 años, se calzó las zapatillas Adidas con las que debía correr, pero no se sintió cómodo con ellas, lejos de desanimarse, Bikila decidió que correría por las calles de Roma como tantas veces lo había hecho, descalzo. Todo el mundo lo miraba estupefacto, ¿quien era aquel hombre sin zapatos?. Cuando le preguntaron por sus zapatillas contestó: “Quería que el Mundo supiera que mi país, Etipoía, ha ganado siempre con determinación y heroísmo”.

Todo el mundo se quedó impresionado viendo a un atleta correr descalzo al tiempo que pensaban que así no iba a llegar a ninguna parte. Pero lo cierto es que llegó muy lejos. Bikila se destacó muy pronto sobre el empedrado romano y junto con el marroquí Rhadi Ben Abdesselam, el gran favortio, llegaron hasta los últimos 3 kilómetros.Cuando ambos pasaron junto al obelisco de Axum, expropiado a los etíopes, Abebe apretó para llegar solo a la meta estableciendo una nueva plusmarca mundial de 2h15:16. Bajo el arco de Constantino, el mismo desde el que Mussolini partió con su ejército a la conquista de Etiopía, Bikila redimió a los suyos y puso a Italia a sus pies.
Aquí pongo un video en italiano de la victoria de Bikila:
Cuatro años más tarde, esta vez con zapatillas, volvió a ganar el oro en Tokio batiendo de nuevo el récord del mundo con 2h12:11. Se convertía en el primer atleta en revalidar el título olímpico de maratón, y de nuevo lo logró de forma heroica e impresionante, porque sólo seis semanas antes había sido operado de apendicitis, lo que afectó a su programa de entrenamiento. Bikila rompió todos los esquemas. No sólo ganó, sino que acabó tan entero que esperó a sus rivales haciendo una tabla de gimnasia.

Abebe sufrió un accidente de coche (con el Volkswagen que le había regalado el Gobierno por su victoria en Tokio) al intentar esquivar a un grupo de estudiantes en una manifestación. Quedó parapléjico para siempre, algo que aceptó con la misma entereza que cuando obtuvo la gloria. "Los hombres de éxito conocen la tragedia. Fue la voluntad de Dios que ganase en los Juegos Olímpicos, y fue la voluntad de Dios que tuviera mi accidente. Acepto esas victorias y acepto esta tragedia. Tengo que aceptar ambas circunstancias como hechos de la vida y vivir feliz", dijo entonces.
Fue invitado a los Juegos de Múnich, donde impresionó verle en silla de ruedas al que había sido paradigma de la zancada. La ovación fue atronadora en todo el estadio olímpico. Un año después fallecía como consecuencia de una hemorragia cerebral producto de secuelas del accidente. En su país, más de 65.000 personas y con el emperador Haile Selassie I presente, despidieron a su héroe.

Aquí dejo un video tributo a Bikila:
 
En mi opinión es impresionante como Abebe Bikila cumple susueño y demuestra a todo el mundo que puede ganar, se convierte en un ejemplo para todo el mundo y para el continente americano siendo el primer africano en ganar una medalla de oro, y el primer atleta en ganar dos veces el maraton. Es un ejemplo de superación para todos, como consigue ganar y como asume su situación despues de su accidente.

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